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Homenaje a Pichón Rocha
Por Santiago Sanchez Ortega



Miraban la lluvia caer mientras esperaban refugiados en la parada a que llegara el colectivo que los iba a llevar a su madriguera. La noche había sido de galopes fuertes y los dos todavía estaban un tanto desorientados. La botella de Criadores aún permanecía en una de sus manos.

De pronto, entre los sopores etílicos que se desvanecían con los primeros rayos de sol, uno lo miro al otro. La boca se abrió pero sólo salió un sonido simiesco. Insistió y funcionó; “Pichón ¿por qué no inventamos un auto?”. Así contó Michael Dellepiane que fue como nacieron los Rocha Vintage de la mano del genio de Pichón Rocha.



El lunes 27 de julio llovió tanto como aquella madrugada en Uruguay de principios de los 80 y el Club de Automóviles Sport le organizó un homenaje a Pichón.

Tuve la suerte de conocer de muy chico a Pichón, cuando acompañaba a mi viejo al taller donde restauraba autos. En esa época yo no le daba tanta importancia a los autos que se podían encontrar ahí pero sí a los postres de las señoras desnudas que había en las paredes. Lamentablemente mis recuerdos de Pichón son bastante vagos, y son más los de los amigos de mi padre.

Tengo muchas imágenes y muchas de ellas se mezclan con lo que me contaron a lo largo de los años. Sé que fue uno de los primeros en morir de la camada de la segunda etapa del Club de Automóviles Sport, cuando renació en los años 70.

Pero hablemos un poco más de Rocha, de Juan Andrés Carlos Rocha, de su vida, de estos pequeños recuerdos. Antes de crear los RV pasaron muchos autos por su taller, muchísimos, y de un nivel increíble. Sus comienzos fueron en moto. Parece ser que fue un excelente piloto de dos ruedas y que luego, de alguna manera, saltó a los autos clásicos.

No sé bien en que época comenzó con su taller de Beccar pero tengo una foto de mi viejo con su Amilcar CGS en la década del 60 y estoy prácticamente seguro que era en la puerta de lo de Pichón.

El taller era bastante grande, o por lo menos así lo veía yo. Tenía la incomodísima particularidad que la parte de atrás era abierta hacia un patio; imagínense lo que sería en invierno. Siempre estaba repleto de autos; la Maserati monofaro, la Cisitalia Savonuzzi, el Delahaye Le Mans, la Simca, etc., etc. No hay que olvidarse de la extraordinaria restauración que le hizo al Mercedes-Benz SSK de Zatusek.



Siempre había muchos autos y mucha gente también; supongo que todos eran los dueños de los autos, que eran todos amigos, y todos tenían el mismo apuro por llegar con su auto a la misma fecha, ya que todos participaban siempre en los mismos rallys. Pobre tipo… pero increíblemente Pichón siempre llegaba con todos los autos. Además siempre participaba con algún auto que le prestaban. Obviamente, en la carrera también asistía a todos los autos y lograba que volvieran andando a su casa.

Ya a comienzos de los ochenta empezó a fabricar los Rocha Vintage entusiasmado por Michael Dellepiane, aunque por problemas de (in)solvencias, tuvo que seguir sólo con el proyecto. El diseño náutico del auto estuvo a cargo de Hoffmann y el armado y preparación de parte de Pichón. El nombre vino por el taller que se llamaba Taller “Vintage: para autos con historia”. Si no me equivoco del taller salieron veintidós autos y el primero con carrocería de aluminio hecha por Galizio. Particularmente no me parece un auto que se destaque por su belleza pero debo reconocer que cada año se van poniendo más lindos.

Pichón Rocha fue un tipo que tenía una habilidad única con las manos. Eso sumado a que era extremadamente autoexigente dio como resultado a un mago que hizo andar a los mejores autos que había en el país y que, lamentablemente, la mayoría ya no están. Seguramente esta autoexigencia lo llevó a soportar mucha presión y por ende a un deterioro físico muy acelerado.

Su muerte prematura a causa de un ataque cardíaco fue un golpe duro para todo el ambiente. Principalmente para Michael Dellepiane, porque era su íntimo amigo, el que siempre estaba presente en las carreras, en su taller-club, en el bar de la esquina donde siempre se juntaban a almorzar, o donde sea.

Por eso en el CAS creemos que es importante que no se lo olvide a Pichón como a muchos otros más que hicieron tanto por el automovilismo histórico y que pronto tendrán su turno de ser recordados.