Lory, un verdadero fanático de los buenos autos sport, seguramente hubiera estado encantado con semejante convocatoria y con el nivel de los vehículos presentes. Desde un Bentley 4 y ½ de fines de los 20, una Bugatti Type 57 Ventoux, pasando por los muy buenos Aston Martin y la Ferrari 250 “Lusso” de los años 60; la extraña y hermosa Toyota 2000 GT, y cerrando la caravana como es tradicional, un nutrido grupo de Sport Nacional.

A las nueve en punto se dio orden de largada y la caravana puso a rumbo hacia la zona norte de la provincia de Buenos Aires.  Ayres del Pilar, Capilla del Señor y Diego Gaynor, fueron algunos de los lugares por los que los clásicos circularon gallardamente. Es de destacar la recepción que se realizó en el barrio “Pinares” sede también de tres series de pruebas cronometradas que se destacaron por su exigencia.

El final del evento fue con asado en la sede de la Fundación, todo regado de los muy buenos vinos donados por Huguito Pulenta.  Antes de la entrega de premios se realizó un remate de obras de arte a beneficio, por supuesto, del trabajo educativo que la fundación realiza. 

Pero el evento no fue solo paseo y gastronomía; Guillermo Acevedo navegado por su hijo Ignacio resultó el vencedor a bordo de un impecable Jaguar XK120 del año 54, seguido por Daniel Erejomovich y Gustavo Gallo con un impecable AC 16/80 Sport del año 38 que hacía su debut en eventos Argentinos y que recibió el premio al mejor auto del rally. Tercero se ubicó Luis Zerbini navegado por su mujer Silvia en un Alfa Romeo Giulia GT del año 69. 

La copa damas (dos tripulaciones femeninas participando) fue para Valeria Beruto y Pilar Hermida con una muy autóctona Torino 380 W del año 68, y la Categoría CAS fue para Marcelo Jurvillier en su Lotus Eleven con pasado deportivo en pista, navegado por el siempre locuaz Cato Iriarte.

El resultado del rally de invierno fue óptimo en todos sus aspectos y para todos sus actores. Sin duda un perfecto ejemplo de que cuando se aúnan las voluntades ganamos todos.