Cuando se habla de la actividad que nos une, la de los clásicos y sport, siempre se habla de amistad y camaradería. Sin lugar a dudas uno de los eventos donde más se conjuga la mística autos/amigos/diversión, es en las 300 Millas Sport del CAS.
Este evento nació a fines de los años 90 como una alternativa que mantuviera el espíritu de los eventos del CAS, todos socios, todos amigos, y a divertirse con los autos.
Parece mentira que ya se llevan disputadas 14 ediciones, y el evento mantiene el éxito y el encanto de siempre.
:: Libro de computos
Este año el punto de partida fue “La Alameda” frente a la laguna de Chascomús donde se largó a media mañana. Extrañamente para la tradición del evento, el clima fue inmejorable y no se pudo cumplir con el viejo adagio de las 300 Millas: si no llueve se suspende. A pesar del sol y el cielo diáfano, largamos igual.
Como es habitual la gran mayoría de los 34 anotados se presentaron con Sport Nacional de diversa índole, viéndose representados casi todos los ejemplares de la estirpe plastiquera.
Luego de realizar unas pruebas a la vera de la laguna, la caravana puso proa hacia el autódromo de Dolores donde se realizaron dos series de pruebas de precisión. Juan Magliola a bordo de su Ford Cobra Bisnik dio la nota con un espectacular trompazo que le adjudicó a la postre el tradicional premio “Apurate que se Caga el nene”; premio instalado por el “Coco” Iriarte para la macana más grande durante el evento.
Las pruebas propiamente dichas culminaron en “Estancia Las Marías” de Gral. Pirán, dando paso a los tradicionales costillares al asador y a la entrega de premios.
Resultó ganador del Trofeo VOLVO el Binomio Manuel Eliçabe-Alejandro Varalla con la rendidora y trotamundos ASA Monofaro, seguidos por los Zerbini padre e hijo con Alfa Romeo Giulia Bertone. Tercero y dando la sorpresa (o no) fue Sebastián Iribarne acompañado por Pablo Ferrando a bordo de su Cobra Biscayne, relegando al cuarto puesto a Pedro Falconi con su Cobra.
El premio al espíritu deportivo, muy merecido para Joaquín Vallejo quien el viernes a la tarde retornó a Buenos Aires solamente para buscar un auto “Muleto” para el ya nombrado Falconi ante la rotura del titular.
Resultó mejor auto del evento el impecable Austin Healey 3000 MKIII 1966 de Alec Daly.
Entre las innumerables apuestas que se jugaron este año vale la pena resaltar el desafío Falconi Vs Pozolli. En este caso hasta se prepararon stickers alegóricos para apoyar a uno u otro candidato en medio de tanto clima eleccionario. Ante el abandono de Damián se acordó dirimirlo en las próximas 1000 Millas.
La cosa no terminó ahí. Luego de la premiación los intrépidos se dirigieron al nuevo circuito de tierra dentro de la estancia para disputar la habilidad conductiva. Además de los premios el triunfador tendría el honor de poner su nombre al circuito hasta el año que viene.
Ganador finalmente fue Pablo Falconi con ASA Monofaro seguido de Luis Dellepiane con la vieja y querida “Loca” ASA Monofaro que fuera de su padre Junior. Además de sus respectivos trofeos, ambos se llevaron elegantes abrigos VOLVO, cedidos por el sponsor del evento.
Pero para darle el toque CAS a la cuestión, el nombre del circuito quedará compartido entre Pablo Falconi y Marcelo Beruto, quien había marcado el mejor tiempo, pero por haberlo realizado con un moderno Alfa Romeo doble tracción decidió honorablemente darlo de baja.
Así llegó a su fie una nueva edición de esta tradicional prueba del Club de Automóviles Sport.
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